Es decir, que 50 personas se quedaron ciegos por intentar ver a la Virgen en el Sol. No se me ocurre otro ejemplo mejor para demostrar el porque de la inutilidad de las creencias y de como las pseudociencias pueden afectar-nos personalmente. Pero leamos un poco de la noticia:
Al menos 50 personas en el distrito de Kottayam en India han perdido la vista tras mirar directamente hacia el sol buscando una supuesta imagen de la virgen maria. Aunque las autoridades sanitarias han puesto una serie de carteles para desmentir el hecho de que la imagen de la virgen maría se le aparece a los creyentes en el sol, curiosos e incluso turistas extranjeros, han pasado por el lugar del "milagro".Los pacientes muestran varios grados de quemadura en sus retinas, algunos recuperarán algo de visión, pero verán efectos a largo plazo


¿Que capacidad de razonamiento tendrían esas personas que fueren capaces de dirigir sus miradas al Sol, muy a pesar del riesgo (seguramente conocido) de dañar su vista? La respuesta es ninguna. Ninguna porqué las creencias tienen esa extraña habilidad de anular nuestra capacidad de raciocinio, ahogar nuestro espíritu critico y dilapidar cualquier asomo de lógica.

Que al Sol no hay que mirarlo directamente es algo que desde pequeños todos sabemos. Es más, en muchos objetos encontramos esa advertencia, como en las gafas de sol. De hecho, incluso los que tenemos la suerte de poder observar el firmamento con nuestros telescopios, muy a pesar de tener filtros preparados especialmente para esto, se nos aconseja no mirarlo directamente.
¿Si no mirar al Sol directamente es algo que parece casi innato, que aprendemos y asimilamos desde pequeños, que puede llevar a un grupo de personas a mirar directamente al Sol? La fe. Llana y simplemente. La fe es la encargada de nublar por completo cualquier conocimiento que tengamos, cualquier prueba contraria es anulada por la fe, y por lo tanto, como he dicho anteriormente, perdemos por completo nuestra capacidad de razonar aunque sea a costa de nuestra salud.

En el fondo es bastante racional pensar que si miramos al Sol bastante rato, podremos ver a la Virgen. Es bastante racional si previamente nos han inculcado cualquier superchería, una y otra vez. Incluso hasta el punto de jugarnos nuestra vista.

¿Se necesita mucho conocimiento científico para evitar esto? No. ¿Entonces cual es el problema? El problema es la poca importancia y veracidad que la gente le da al conocimiento científico. Mayoritariamente todo el mundo cree que muchas de las cosas que aprenden en clase de ciencias no les servirán de nada en la vida diaria, con su consiguiente menosprecio aderezado con comentarios del tipo "total, "pa" lo que me servirá...". Estoy seguro que esto ocurre en todo el mundo. Incluso en la India.

Recuerdo un párrafo de la introducción (escrita por Javier Armentia) del libro Ciencia para Nicolas (Ed.Laetoli) de Carlos Chordá, miembro de ARP-SAPC, con el que podemos entender esto bastante bien:

Hace poco, cuando se produjo el maremoto de Indonesia, el día de Navidad de 2004, me enteré de una noticia curiosa: una niña, que estaba en una playa turística en Malasia, se fijó en que el agua de la costa se retiraba a gran velocidad, cómo burbujeaba todo%85 y recordó que su profesor de ciencias le había explicado que algo así sucedía antes de la llegada de un tsunami. La niña alertó a su familia y ellos corrieron la voz, consiguiendo que, al menos en esa playa, se salvaran cientos de personas que huyeron rápidamente antes de la llegada de la ola asesina. ¿No te suena como una apología perfecta de la necesidad de la ciencia? Por supuesto, cuando pensamos que aún somos incapaces de pronosticar o predecir tantas catástrofes naturales, esa historia se nos queda como un pequeñito homenaje a los buenos maestros. También, ahora que lo pienso, la casualidad hizo que esa niña tuviera unos padres que hacen caso a los hijos. Lo más probable es que otros padres le hubieran contestado cualquier cosa, "Anda, nena, sigue jugando con tus castillos", que los adultos no suelen ser, precisamente, tampoco unas lumbreras en esto de la ciencia.

Creo que ejemplifica bastante bien lo que quería expresar.

Por lo tanto, si sobreponemos la fe a la ciencia y su conocimiento, pueden ocurrir cosas tan desagradables y tristes como esta.

¿Se os ocurre alguna razón mejor que vuestra salud, para darle a la ciencia la importancia que se merece?



Saludos.