Mira a tu alrededor. ¿Que ves?

Vuelve a hacerlo. Fíjate bien. Una vez más y ya está.

Sí, correcto. Todo lo que tienes, todo lo que te envuelve, todo lo que hace que tengas este nivel de vida, esta esperanza de vida,... todo esto te lo da la ciencia.

Sin ciencia, no se puede tener una sociedad democrática, porque no se tiene el conocimiento suficiente como para poder decidir. Sin ciencia, las diferentes etnias humanas aun se verían inferiores las unas a las otras. Sin ciencia, no seriamos nada. Históricamente, cuando más rápido han avanzado las civilizaciones tanto en el trato a sus ciudadanos como lógicamente en tecnologia ha sido a cada descubrimiento científico que hacían.

Desde la duda primordial del hombre al preguntarse quien era y que hacia ahí, hasta los más complejos artilugios usados en astronaútica o en cirugía, todo es producto de lo mismo: de la duda. Y esta duda, es el motor de la ciencia. Ambos términos siempre van unidos.

Ahora piensa esto otro: ¿En tiempos de crisis, cuando aparecen enfermedades nuevas (o no tan nuevas), cuando miles de personas mueren en el mundo ya sea debido al hambre o las enfermedades, que puede sacarnos de esto? Queda suficientemente demostrado que los políticos no son capaces. La ciencia, sin embargo, es capaz de aportar soluciones de verdad. No simple humo. Soluciones, tal cual.

Ahora, vuelve a mirar a tu alrededor y obvia todo lo que veas que sea producto del conocimiento científico. Haz ese esfuerzo mental. Quítate tu ordenador, el iPod, la ropa confeccionada con telas artificiales, apaga el climatizador de tu casa, no enciendas el calentador de la ducha, inhabilitemos también el bombeo que nos lleva el agua a alturas impensables. Dejemos de coches, de motos. Apaguemos los routers y teléfonos. Piensa que no puedes hacerte ni radiografias ni TAGs. ¿Las gafas, para que? Y más...

No se tu. Pero si yo pienso todo esto y un poco más, la única imagen que me queda es yo en pelota picada en medio de un bosque. Quizá con un humilde taparrabos, pero poca cosa más. Barbudo. Enfermo. Durmiendo en cavernas. Cazando.

Eso parece ser lo que tendríamos si llevásemos al extremo lo que "el presi" quiere hacer. Si bien, hablaba de la importancia de la ciencia en nuestra sociedad, ahora parece que únicamente le importaban los JJ.OO. o vaya usted a saber que otras cosa. Pero de ciencia, nadita. Si no, no se entiende que quiera recortar la inversión en I+D en un 15%. Y ante todo esto, nos revelamos.


Hoy más que nunca y gracias a la iniciativa propuesta por Javier Peláez en su Aldea Irreductible, hoy, todos seremos irreductibles. Más que nunca:


Saludos.