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Los ojos del cielo se llaman SOFIA

martes, marzo 30, 2010 Deja un comentario

Es curioso hasta donde llega el ingenio humano. Hace unos meses comentaba en Onda Regional de Murcia, que me asombraba pensar como el ser humano fue capaz de utilizar algo como el espectro de la radiación electromagnética para determinar con bastante acierto la composición química de un cuerpo, su temperatura y la distancia entre ese objeto y nosotros. Me sorprende porque para llegar a esa conclusión, muchos antes tuvieron que describir lo que son las ondas, que cada material esta relacionado con una longitud de onda distinta, que podemos extraer de ella la temperatura de un cuerpo, que puede mostrarnos como de lejos se encuentra un astro, etc. Es maravilloso. La cita de NewtonSi he visto más allá es porqué he subido a hombros de gigantes” queda ejemplificada a la perfección con la espectroscopia.

En Cataluña antes de acceder a la universidad es obligatorio realizar lo que se llama “Treball de Recerca”, que vendría a ser el “Trabajo de investigación”. Es obligatorio. Puedes tener todas las asignaturas aprobadas, ser el más bueno del instituto, que si no realizas el “Treball de Recerca”, no puedes ni ir a la selectividad. En su momento lo vi como una putada. Sin embargo, hoy día me doy cuenta de que me sirvió de mucho. Por lo menos, me hizo ver que el ingenio humano es capaz de llegar hasta límites insospechados con tal de salvar un obstáculo. ¿Cómo va alguien a compararme el placer que se siente con la ciencia, con el placer que puedan reportar las pseudociencias, ante un ejemplo como este? De nuevo, la ciencia supera con creces cualquier pseudociencia.

Pues bien, mi trabajo de investigación de bachillerato fue sobre la espectroscopia astronómica. Realmente es un tema que me apasiona. Algún día debería dedicarle una entrada bien larga. Sin embargo, después de toda esta parrafada siento decir que no, que no va sobre espectroscopia astronómica. Todo lo anterior simplemente lo he comentado para mostrar mi respeto hacia el ingeniero humano. Así que hoy, la entrada va sobre otra de esas muestras de que la inventiva del ser humano no tiene límites. Hoy hablaremos del Telescopio SOFIA (2).



Desde hace un tiempo, surca los cielos entre EEUU y Alemania, un peculiar avión. En la cola este 747-BoeingSP se haya un telescopio. El telescopio se encuentra colocado en una cavidad en la cola del avión.


Se trata de un telescopio de 2’5 metros de diámetro y 17 toneladas, que trabaja en la banda infrarroja del espectro, de ahí que sus siglas provengan de Stratospheric Observatory for Infrared Astronomy (Observatorio Estratosférico para la Astronomía en la Banda Infrarroja). Cuando descubrí este ingenio, lo primero que pensé (lo juro) fue: Debe vibrar más que el móvil de Florentino Pérez. Obviamente, la NASA lo tiene todo calculado ya que la estructura del telescopio reposa sobre zonas preparadas para la absorción de golpes, choques y vibraciones. Además de que el telescopio tiene un sistema de contrapesos, sistemas inerciales mecánicos, giroscopios, que le sirven para compensar cualquier desviación debida a las vibraciones y movimientos del avión. De hecho, os copio aquí fragmento de la noticia original donde uno de los responsables de SOFIA habla de esto con más claridad.

-¿De qué manera se mantiene un telescopio lo suficientemente quieto como para apuntar con precisión y que se quede “apuntado hacia el objetivo” en un aeroplano en movimiento? “

-Primero, el avión de SOFIA volará en la relativamente estable estratosfera”, dice Marcum. “También tenemos un ingenioso sistema para aislar las vibraciones. El espejo está mecánicamente aislado del avión. Amortiguadores, que funcionan de la misma manera que los que se encuentran en un automóvil, rodean el gigantesco dispositivo que carga el peso del telescopio, aislando así al espejo de vibraciones en todas las direcciones”.

Vamos, una virguería de la la ingeniería.


¿Y cual es el motivo de temer semejante bicho volando cuando tenemos increíbles parajes naturales como el Roque de los Muchachos, por poner un ejemplo? La comodidad seguro que no es uno de ellos. Obviamente lo es el fin. Por todo el planeta hay vapor de agua. Lo envuelve por completo. Este vapor de agua actúa, simplificando mucho, como una pared que evita que nos llegue la radiación infrarroja de los objetos que nos interesan. SOFIA, al volar por encima de esta manta de vapor de agua (a 15.000 metros de altura ya habrá dejado por debajo la casi el 90% del vapor), no tiene ese problema. En definitiva, desde la estratosfera es relativamente más sencillo estudiar los misterios sobre la formación de planetas, el ambiente que rodea a los agujeros negros, la evolución de las galaxias, la composición química de los gases interestelares,…


¿Y quien usara este telescopio? El uso del telescopio correrá a cargo de la USRA, Universidades para la Investigación Espacial, cuya financiación proviene de la NASA, la Academia Nacional de Ciencias de los EEUU y la “Deutsches SOFIA Instituts”. Sin duda, tener un telescopio móvil ofrece la oportunidad de observar eventos astronómicos desde “el mejor lugar posible”. Algo que no pueden hacer los telescopios terrestres al ser estáticos. SOFIA podrá desplazarse de un lugar a otro para observar el cosmos e incluso efemérides astronómicas desde un punto de vista privilegiado, el mejor diría yo.

Su vida útil oscilara los 20 años, con lo cual, a buen seguro nos esperan cuatro lustros de sorpresas.

Son nuestros mejores ojos en los cielos, ojos que nos ayudaran a ver lo que nosotros no vemos, ojos que nos descubrirán secretos del universo. SOFIA es un bello nombre de mujer, para los preciosos ojos que verán el firmamento como nadie ha visto nunca.


P.D: Galerías imágenes y vídeos de SOFIA.

1 comentarios »

  • José Luis said:  

    Esto es espectacular. Me parece una creación de lo mas práctica y que abre muchas posibilidades.
    La apariencia del avión es curiosa también. Joer, lo que me gustaría viajar aunque fuese una sola vez en ese avión...

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