La curiosidad, los honores y la crítica a la autoridad según Feynman
domingo, noviembre 20, 2011
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No hace falta presentar a Richard Feynman por aquí. Lo conocemos de sobras. Uno de esos pocos genios que nacen con muchísimos años de diferencia y que son capaces, por si solos, de alumbrar un poco más el camino de la humanidad.
Estos videos que os enlazo aquí, son extractos del documental "El placer de descubrir". Forman parte de una colección que se llama The Feynman Series. Consiste en montar videos con fragmentos de diálogos de Feynman, con una música a mi juicio muy bien elegida y acompañada de imágenes actuales. Quizá es la mejor forma de comprobar que el mensaje de gente como Feynman (o el inmortal Sagan) sigue vigente por más que pasen los años y cambien las épocas.
La última vez que publiqué algo sobre él, fue precisamente el documental citado más arriba. Un documental-entrevista a Richard Feynman, donde habla de muchísimas cosas pero especialmente hace hincapié en la curiosidad. La curiosidad como motor humano para el progreso. La curiosidad como herramienta para descubrir un poco más las entrañas del cosmos. La curiosidad tambien como herramienta para cuestionar cualquier mensaje, obra, acto hecho por las autoridades.
Ningún movimiento, ninguna revolución, ningún descubrimiento hubiese sido nunca posible sin el combustible de la curiosidad. Esa capacidad de los seres vivos y muy desarrollada especialmente en el ser humano, que nos hace intentar llegar al fondo de todos los asuntos. Que nos hace ser inconformistas. Que nos hace libres.
Richard fue un ejemplo de persona curiosa hasta extremos insospechados. Fue una persona capaz de fugarse de Los Álamos o reventar las cajas fuertes de los centros de investigación para el desarrollo de la bomba atómica, solo por simple diversión. Por aprender sobre cerraduras. Por ser irrespetuoso con la autoridad. Alguien que con tan solo 12 o 13 años (corregidme si me equivoco, pues hace tiempo que leí sus libros), fue capaz de descubrir por si solo que las hormigas siguen el mismo camino, aunque sea un camino inmensamente largo, sin prácticamente desviarse, porque a su paso van dejando una substancia para que el resto de compañeras sepan que por ahí hay comida, el hormiguero, o que se yo. El Richard niño, se entretenía rascando el sueño que quedaba entre dos hormigas consecutivas, para hacer desaparecer esa substancia y disfrutar viendo como las hormigas se perdían al no encontrar la substancia. Reconozco que cuando lo leí, lo probé.
Estos son solo unos pocos momentos curiosos de una persona que nunca dejó de ser un niño. Un cerebro privilegiado capaz de ver el mundo de forma distinta. Una persona que tenía un poder, que probablemente sea el mayor poder que ha visto jamás el Universo: la curiosidad.
Obviamente después de decir todo esto, también os dejo el video en el que habla sobre ella. Pero además, trata un tema que para mí es esencial: el hecho de que en la naturaleza, en el cosmos, todo este interconectado de alguna manera. Esa manera son las leyes de la física, de la química, de la biología. Esas son las llaves hacia un mundo fascinante. Un mundo que somos capaces de entender cada vez más. Como dice Feynman en el video, la gente está siempre interesada en los grandes descubrimientos, pero pocos se interesan por los hechos de la vida cotidiana. Siempre que veo a alguien que muestra indiferencia o desprecio hacia los hallazgos científicos, le espeto la misma pregunta: “A todo esto, ya que sabes tanto, ¿Por qué el cielo es azul? ¿Por qué los aviones vuelan?”. Probadlo. Son preguntas que parecen tan obvias y que tratan de cosas con las que convivimos más o menos cada día, que nadie se para a preguntárselo. Yo he descubierto brillo en los ojos de muchas personas, cuando les explicas que el hecho de que las alas de un avión tengan “tal” forma tiene un motivo. Que no son simplemente alas por analogía con las aves. Y que además, resulta que existen unas cuantas leyes por detrás que describen cosas como viscosidad, el comportamiento de fluidos,…¡Que además, curiosamente, hasta donde sabemos esas leyes funcionan igual en todos lados! Eso es precioso. Esa reflexión, sobre la universalidad de las leyes de la física es sencillamente preciosa. Luego descubren que un fluido no es tan solo un liquido. Y poco a poco, escalando en el conocimiento científico aprovechándote de algo tan sencillo como un avión, eres capaz de sacarle a esa persona una fascinación inusitada por todo lo que le rodea.
Decía que era esencial, porque después de toda esta parrafada, llegamos a una conclusión: la curiosidad junto con la mayor herramienta intelectual creada por el hombre, el método científico, nos hacen más libres. Nos dan poder. El poder de adquirir conocimiento. De cuestionar cara a cara al universo. Mirarle a los ojos al Cosmos y cuestionarlo. Ese es el mayor poder. ¿Hay algo más necesario?
Esas herramientas son las que nos describen el mundo tal y como lo conocemos. Y más aun, nos hace capaces de descubrir aun más cosas que nos ayuden a describir aun mejor y a la vez, nos ofrece una herramienta que usada con sumo cuidado, nos ayuda a dilucidar entre lo más cercano a la realidad y lo que se trata de simple charlatanería. Aunque este defendida por 50 libros y por muchos profesores. Aunque se imparta en una universidad. Solo el método y la curiosidad que nos lleva a cuestionarlo todo, no la opinión o experiencia personales, son los que nos pueden decir si por más veces que pongamos “posgrado” delante de un curso, este tendrá validez o no.
En el fondo, no deja de ser también una de las mayores herramientas con las que cuestionar o criticar a las autoridades, sean cuales sean, de ser irrespetuosos con los que creen que tienen el poder.
En este otro video, habla de su odio a los honores y lo que cree que mejor le transmitió su padre: la falta de respeto a la autoridad. En eso, me siento un poco privilegiado. Nunca he respetado a la autoridad y tampoco soy consciente de cuando empecé a ser así. Me ha traído malos momentos pero también grandes alegrías. Si tus principios te dicen que debes luchar por algo, debes ir a por ello sin pensar un segundo en el mal que te pueda ocasionar a ti. Esto además, me viene muy bien en estos tiempos en los que algunos profesores indignados de que haya gente que cuestione, amenazan con denunciar a alumnos que deciden criticar a la autoridad, que deciden ser curiosos y piden pruebas de todo. Entre cualquier tipo de autoridad, las preguntas no son bien recibidas. Ser curioso, impertinente e irrespetuoso no está valorado. Poner en duda las creencias de otros, no se acepta. Cuestionar hasta el más alto de los estamentos, es tabú. Lo siento, yo no soy así. No me vendo. Pregunto y seguiré preguntando, le guste a quien le guste y lo deteste quien lo deteste. Ahí voy a estar para sí, llegado el caso, veo algo que creo que no es justo ni correcto, preguntar. Pedir. Exigir.
Y sobre los honores, no puedo estar más de acuerdo. El mayor honor no es que te den un Nobel o cualquier otro premio. No hay más honor que tu obra inmortalizada. No hay tampoco más honor que ver que alguien puede aprovecharse de tu trabajo, de lo que conseguiste con esfuerzo y con pasión. No hay mayor forma de pasar a la historia personal de unos pocos o en casos como los de Feynman, al conjunto de la humanidad, que viendo como tu pueblo se aprovecha de tus trabajos. No hay mayor regalo, premio o distinción, que ver como un chico decide estudiar ciencias, ser médico, comprarse un telescopio o leer porqué tu blog, web, articulo o trabajo le ha inspirado.
No hay nada mejor que sentir que has creado aunque tan solo sea una vocación.
Las palabras de Feynman, como siempre, son evocadoras.
Yo os animo a ser irrespetuosos.
¡Molestad!
Estos videos que os enlazo aquí, son extractos del documental "El placer de descubrir". Forman parte de una colección que se llama The Feynman Series. Consiste en montar videos con fragmentos de diálogos de Feynman, con una música a mi juicio muy bien elegida y acompañada de imágenes actuales. Quizá es la mejor forma de comprobar que el mensaje de gente como Feynman (o el inmortal Sagan) sigue vigente por más que pasen los años y cambien las épocas.
La última vez que publiqué algo sobre él, fue precisamente el documental citado más arriba. Un documental-entrevista a Richard Feynman, donde habla de muchísimas cosas pero especialmente hace hincapié en la curiosidad. La curiosidad como motor humano para el progreso. La curiosidad como herramienta para descubrir un poco más las entrañas del cosmos. La curiosidad tambien como herramienta para cuestionar cualquier mensaje, obra, acto hecho por las autoridades.
Ningún movimiento, ninguna revolución, ningún descubrimiento hubiese sido nunca posible sin el combustible de la curiosidad. Esa capacidad de los seres vivos y muy desarrollada especialmente en el ser humano, que nos hace intentar llegar al fondo de todos los asuntos. Que nos hace ser inconformistas. Que nos hace libres.
Richard fue un ejemplo de persona curiosa hasta extremos insospechados. Fue una persona capaz de fugarse de Los Álamos o reventar las cajas fuertes de los centros de investigación para el desarrollo de la bomba atómica, solo por simple diversión. Por aprender sobre cerraduras. Por ser irrespetuoso con la autoridad. Alguien que con tan solo 12 o 13 años (corregidme si me equivoco, pues hace tiempo que leí sus libros), fue capaz de descubrir por si solo que las hormigas siguen el mismo camino, aunque sea un camino inmensamente largo, sin prácticamente desviarse, porque a su paso van dejando una substancia para que el resto de compañeras sepan que por ahí hay comida, el hormiguero, o que se yo. El Richard niño, se entretenía rascando el sueño que quedaba entre dos hormigas consecutivas, para hacer desaparecer esa substancia y disfrutar viendo como las hormigas se perdían al no encontrar la substancia. Reconozco que cuando lo leí, lo probé.
Estos son solo unos pocos momentos curiosos de una persona que nunca dejó de ser un niño. Un cerebro privilegiado capaz de ver el mundo de forma distinta. Una persona que tenía un poder, que probablemente sea el mayor poder que ha visto jamás el Universo: la curiosidad.
Obviamente después de decir todo esto, también os dejo el video en el que habla sobre ella. Pero además, trata un tema que para mí es esencial: el hecho de que en la naturaleza, en el cosmos, todo este interconectado de alguna manera. Esa manera son las leyes de la física, de la química, de la biología. Esas son las llaves hacia un mundo fascinante. Un mundo que somos capaces de entender cada vez más. Como dice Feynman en el video, la gente está siempre interesada en los grandes descubrimientos, pero pocos se interesan por los hechos de la vida cotidiana. Siempre que veo a alguien que muestra indiferencia o desprecio hacia los hallazgos científicos, le espeto la misma pregunta: “A todo esto, ya que sabes tanto, ¿Por qué el cielo es azul? ¿Por qué los aviones vuelan?”. Probadlo. Son preguntas que parecen tan obvias y que tratan de cosas con las que convivimos más o menos cada día, que nadie se para a preguntárselo. Yo he descubierto brillo en los ojos de muchas personas, cuando les explicas que el hecho de que las alas de un avión tengan “tal” forma tiene un motivo. Que no son simplemente alas por analogía con las aves. Y que además, resulta que existen unas cuantas leyes por detrás que describen cosas como viscosidad, el comportamiento de fluidos,…¡Que además, curiosamente, hasta donde sabemos esas leyes funcionan igual en todos lados! Eso es precioso. Esa reflexión, sobre la universalidad de las leyes de la física es sencillamente preciosa. Luego descubren que un fluido no es tan solo un liquido. Y poco a poco, escalando en el conocimiento científico aprovechándote de algo tan sencillo como un avión, eres capaz de sacarle a esa persona una fascinación inusitada por todo lo que le rodea.
Decía que era esencial, porque después de toda esta parrafada, llegamos a una conclusión: la curiosidad junto con la mayor herramienta intelectual creada por el hombre, el método científico, nos hacen más libres. Nos dan poder. El poder de adquirir conocimiento. De cuestionar cara a cara al universo. Mirarle a los ojos al Cosmos y cuestionarlo. Ese es el mayor poder. ¿Hay algo más necesario?
Esas herramientas son las que nos describen el mundo tal y como lo conocemos. Y más aun, nos hace capaces de descubrir aun más cosas que nos ayuden a describir aun mejor y a la vez, nos ofrece una herramienta que usada con sumo cuidado, nos ayuda a dilucidar entre lo más cercano a la realidad y lo que se trata de simple charlatanería. Aunque este defendida por 50 libros y por muchos profesores. Aunque se imparta en una universidad. Solo el método y la curiosidad que nos lleva a cuestionarlo todo, no la opinión o experiencia personales, son los que nos pueden decir si por más veces que pongamos “posgrado” delante de un curso, este tendrá validez o no.
En el fondo, no deja de ser también una de las mayores herramientas con las que cuestionar o criticar a las autoridades, sean cuales sean, de ser irrespetuosos con los que creen que tienen el poder.
En este otro video, habla de su odio a los honores y lo que cree que mejor le transmitió su padre: la falta de respeto a la autoridad. En eso, me siento un poco privilegiado. Nunca he respetado a la autoridad y tampoco soy consciente de cuando empecé a ser así. Me ha traído malos momentos pero también grandes alegrías. Si tus principios te dicen que debes luchar por algo, debes ir a por ello sin pensar un segundo en el mal que te pueda ocasionar a ti. Esto además, me viene muy bien en estos tiempos en los que algunos profesores indignados de que haya gente que cuestione, amenazan con denunciar a alumnos que deciden criticar a la autoridad, que deciden ser curiosos y piden pruebas de todo. Entre cualquier tipo de autoridad, las preguntas no son bien recibidas. Ser curioso, impertinente e irrespetuoso no está valorado. Poner en duda las creencias de otros, no se acepta. Cuestionar hasta el más alto de los estamentos, es tabú. Lo siento, yo no soy así. No me vendo. Pregunto y seguiré preguntando, le guste a quien le guste y lo deteste quien lo deteste. Ahí voy a estar para sí, llegado el caso, veo algo que creo que no es justo ni correcto, preguntar. Pedir. Exigir.
Y sobre los honores, no puedo estar más de acuerdo. El mayor honor no es que te den un Nobel o cualquier otro premio. No hay más honor que tu obra inmortalizada. No hay tampoco más honor que ver que alguien puede aprovecharse de tu trabajo, de lo que conseguiste con esfuerzo y con pasión. No hay mayor forma de pasar a la historia personal de unos pocos o en casos como los de Feynman, al conjunto de la humanidad, que viendo como tu pueblo se aprovecha de tus trabajos. No hay mayor regalo, premio o distinción, que ver como un chico decide estudiar ciencias, ser médico, comprarse un telescopio o leer porqué tu blog, web, articulo o trabajo le ha inspirado.
No hay nada mejor que sentir que has creado aunque tan solo sea una vocación.
Las palabras de Feynman, como siempre, son evocadoras.
Yo os animo a ser irrespetuosos.
¡Molestad!
Apasionantes los dos, tanto Feynman como Sagan. Recurro a ellos cada cierto tiempo cuando lo aparente se empeña en sembrar confusión. Por aquello de recuperar la luz. De Feynman uso mucho una cita que, con tu permiso, copio aquí:
“Yo puedo vivir con la duda e incertidumbre de no saber, creo que es mucho más interesante vivir sin saber, que tener respuestas que pueden estar mal. Tengo respuestas aproximadas, posibles creencias y diferentes grados de certeza sobre distintas cosas, pero no estoy absolutamente seguro de nada, y de muchas cosas no sé nada“
Un saludo.